Era un jueves, un día que parecia como cualquier otro pero acabó terroríficamente mal. Esta era una noche oscura, solitaria y había una gran tormenta. Lucy corría y corría sin parar, no llevaba paragüas y hacía mucho frío. Ella era una chica alta, flaca, morena y con un buen sentido del humor, pero esa noche lo perdería todo... Estaba a la vuelta de la esquina de su casa y de repente la presencia de una sombra oscura le pasó por detrás. Estaba muy asustada, tenía mucho miedo a la oscuridad , a las tormentas y corrió más que nunca, pero no le sirvió de nada porque antes de que se diera cuenta .... un vampiro tan blanco como la pared y con unos ojos muy rojos le chupó la sangre.
Se quedó insconciente y después de tres cuartos de hora Arthur la encontró y se la llevó a su casa. Al pasar unas horas acostada en la cama Lucy empezó a cambiar.
Su rostro se volvió pálido, su sangre se volvió fría y áspera, a continuación le empezaron a salir unos grandes colmillos y su pelo cambio de color parecía una muerta... pero no lo era. Arthur empezó a sospechar todo era muy estraño , observó que tenía una mordedura en el cuello y con eso ya sabía lo que ocurría. Intentó ponerle un remedio a esto pero nada funcionó y sabía que en un periodo de tiempo no muy lejano despertaría y no con buenas intenciones.
Pasaron 4 días y Lucy despertó, sintió la necesidad de alimentarse y no como una persona cualquiera, necesitaba sangre y tenía una gran desesperación que superaba todas sus fuerzas. Salió a la calle buscando nuevas víctimas y a un niño que pasaba por allí le chupó la sangre y eso mismo hizo una y varias veces hasta saciar su hambre.
Así acabó Lucy, siendo una no-muerta que causaba más y más víctimas , es como si hubiera nacido una persona dentro de ella , aquellos vampiros la cambiaron totalmente y su alma se volvió negra y malvada.
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