Aquel día Lucy salió corriendo de su casa, estaba casi ahogada por el humo del brasero y con la necesidad de aire fresco se adentró en el bosque donde habitaban los vampiros.
En el bosque existía un pequeño pero profundo lago de aguas frías y claras; ella necesitaba meterse para que su sangre contaminada se purificase.
De repente sus ojos se abrieron de par en par, había sentido un punzada rápida y certera en el cuello.
Pobre de ella que acababa de convertirse en un vampiro... .
VERO RUIZ.
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